Como cada Primero de mayo recordamos a aquellos que sacrificaron hasta lo más sagrado en pos de un futuro mejor para sus hijos y las generaciones venideras. Y es que no podemos no vernos reflejados en ese ideal: qué pilar más importante se encuentra en los cimientos de la institución del Trabajo que el bienestar y seguridad de la familia, de los hijos. Cada Madre y Padre, que emprende de madrugada el viaje a su trabajo, o el regreso, lo hace con la convicción de estar forjando un presente y un porvenir de dicha para los suyos. Que el esfuerzo y la constancia, rinden y rendirán sus frutos. En estos tiempos que corren, de recetas facilistas y mensajes vacíos, no debemos perder el norte de los valores y derechos conquistados por aquellos que nos marcaron el camino con su ejemplo. Por eso brindamos y con orgullo les decimos:
¡FELIZ DIA DEL TRABAJADOR!